La Compasión…

La Compasión es empatizar con alguien que sufre y sentirse obligado a reducir el sufrimiento.

A medida que la compasión y la simpatía fluyen de nosotros hacia cualquier persona marginada por cualquier motivo, se vendan las heridas, tanto las de ellos como las nuestras. Nunca los vendaremos a todos, ni es necesario, pero sí debemos acercarnos a las heridas.

La capacidad de conectarnos con nuestros sentimientos, responder a nuestro sufrimiento con bondad y desear que nuestro sufrimiento mejore, esto es lo que se llama autocompasión. Por lo tanto no puede haber autocuidado si no hay autocompasión.

La compasión florece cuando no tenemos nada que proteger y todo que compartir. Es la gravedad de todos los seres vivos la que une todo lo que es débil y limitado en un solo océano de amor.

Las cuatro principales cualidades espirituales necesarias para el crecimiento de la compasión son: no juzgar, no violencia, perdón y atención plena. Si consideramos estas 4 cualidades espirituales como semillas entonces podemos pensar que cuanto más se cultiven estas semillas mayor será la cosecha de compasión.

Recuerden esto: El que siembra escasamente, escasamente cosechará, y el que siembra en abundancia, en abundancia cosechará.

(2 Corintios 9:6)

Para lograr esto se necesita práctica deliberada, fuerza interior, y confianza en Dios que debe ser más fuerte y duradera de la que tengas en tus ideas y experiencia.

Plantamos las semillas de la compasión al ser conscientes de nuestros pensamientos y sentimientos, y con la intención deliberada de pensar y responder de manera bondadosa….

Podemos enseñar a nuestra mente a activar la compasión, de modo que no reaccionemos por impulso o sigamos con nuestra vida inconscientemente, perdiendo oportunidades para aliviar el sufrimiento y crear más sufrimiento.

¿Qué haces con tus pensamientos y sentimientos?

¿Corren desenfrenados todo el día sin que los atiendan?

¿Mueven tu corazón hacia la bondad amorosa? 

Las cualidades de no juzgar, no violencia, perdón y atención plena pueden ser nutridas….

Imagínate tener 4 semillas en un plato, la de no juzgar, la de no violencia, la de perdón y la de atención plena.

Toma la semilla de no juzgar y colócala en tu palma derecha. Coloca la palma izquierda sobre la palma derecha como si estuvieras cubriendo la semilla con tierra.

Al inspirar, respira esta cualidad de vida de no juzgar en tu corazón. Repites este gesto en el proceso de inspiración de tu respiración y hazlo 2 veces más.

Cuando termines, coloca de vuelta la semilla de no juzgar al plato, y ahora tomas la semilla de no violencia. Colocala en tu palma derecha y luego coloca la palma izquierda sobre la palma derecha como hicimos anteriormente , imaginándonos que la estamos cubriendo con tierra.

Al inspirar, respira esta cualidad de vida de no violencia en tu corazón. Repites este gesto en el proceso de inspiración de tu respiración y hazlo 2 veces más.

Cuando termines, coloca de vuelta la semilla de no violencia al plato, y ahora tomas la semilla de perdón. Colócala en tu palma derecha y luego coloca la palma izquierda sobre la palma derecha como hicimos anteriormente , imaginándonos que la estamos cubriendo con tierra.

Al inspirar, respira esta cualidad de vida de perdón en tu corazón. Repites este gesto en el proceso de inspiración de tu respiración y hazlo 2 veces más.

Cuando termines, coloca de vuelta la semilla de perdón al plato, y ahora tomas la semilla de atención plena. Colócala en tu palma derecha y luego coloca la palma izquierda sobre la palma derecha como hicimos anteriormente , imaginándonos que la estamos cubriendo con tierra.

Al inspirar, respira esta cualidad de vida de atención plena en tu corazón. Repites este gesto en el proceso de inspiración de tu respiración y hazlo 2 veces más.

Cuando termines, coloca de vuelta la semilla de atención plena al plato y ahora observas las cuatros cualidades juntas, de no juzgar, no violencia, perdón y atención plena que han alimentado tu corazón en este momento.

Y recuerda “El que siembra escasamente, escasamente cosechará, y el que siembra en abundancia, en abundancia cosechará. (2 Corintios 9:6)

Las cualidades de no juzgar, no violencia, perdón y atención plena pueden ser nutridas….

Este ejercicio para aumentar la compasión en nuestras vidas fue inspirado por el  material publicado de las meditaciones del Centro de Acción y Contemplación sobre la Compasión. Ver el resumen de la semana del 23 de Septiembre de 2023.

Haciendo Espacio Para El Amor

Haciendo espacio para el amor

No hay mayor desgracia que sentir

“Tengo un enemigo”

Para cuando “yo” y “enemigo” existimos juntos

No queda lugar para el tesoro [de Dios]

Así, cuando dos oponentes se encuentran

El que no tiene enemigo

Seguramente triunfará.

– Lao Tzu, Tao Te Ching, 

“El perdón no exime a alguien de la responsabilidad por lo que ha hecho. El perdón no borra la responsabilidad. No se trata de hacer la vista gorda ni siquiera de poner la otra mejilla. No se trata de dejar a alguien libre de culpa o de decir que está bien hacer algo monstruoso. El perdón consiste simplemente en comprender que cada uno de nosotros es inherentemente bueno e inherentemente defectuoso. Dentro de cada situación desesperada y de cada persona aparentemente desesperada se encuentra la posibilidad de transformación”.

– Desmond Tutu y Mpho Tutu, El Libro del Perdón: el Cuádruple Camino para Perdonarnos a Nosotros Mismos y al Mundo

Haciendo espacio para el amor

Oh Dios, cuando estoy alejado de los demás, cuando se levantan muros de malentendidos entre nosotros,

Me descoloro y me marchito como una hoja separada de su tallo.

¡Cuánto necesito el bálsamo de la amistad, el calor de la comprensión!

¡Cuánto necesito que me necesiten y me aprecien!

Por tanto, oro para poder conocer la alegría del amor dado y recibido,

y que ninguna indignidad me disminuya.

Abre mis ojos a la belleza que brilla dentro de todos los que caminan sobre la tierra.

Guárdame de heridas imaginarias, de ver enemigos donde sólo se encuentran amigos.

Y dame una visión de mi propio corazón, para que pueda desarraigar todo lo que me debilita.

Ayúdame a ser paciente cuando otros me malinterpreten,

abierto a los pensamientos de quienes están cerca de mí, y pronto a perdonar a todos los que me hieren…

– Oración personal escrita de forma anónima en el momento de la comunión de la tradición judía.